martes, 1 de febrero de 2011

Pasto a las fieras

John William Cooke podría haberse citado en el Jockey Club para discutir política con un opositor, pero no lo hizo. Probablemente entre muchas otras cosas, para no darle pasto a las fieras.

Por supuesto que estaba en todo su derecho. Máximo Kirchner también tiene todo el derecho del mundo a presenciar una exposición en La Rural si tuviese como pasión los caballos. Pero hay algo fundamental en medio de una guerra (política) como la actual: preservar la iniciativa y no ofrecerle brechas al enemigo.


Entonces, no se puede defender tan livianamente a Milagro Sala por haberse dado una vuelta en Punta del Este a ver un recital de 150 dólares la entrada en el menemista Hotel Conrad. Punta del Este es la tierra santa de la peor lacra argentina, uruguaya, brasileña y otras procedencias aleatorias.

No le vamos a pedir a Milagro la claridad ideológica de Cooke o Tosco. Ella conduce un espacio en el que hizo mucho por los más desprotegidos de la provincia más desprotegida, Jujuy. Quien conozca las casas del Alto Comedero no puede hacer otra cosa que caerse de culo. Hogar, trabajo y cuestiones primarias en salud y educación donde el Estado se había tomado el palo hacía mucho tiempo y no se podía esperar más.

Pero sí, Milagro Sala debería tener el mínimo de astucia. Es poco serio caer en la defensa diaria que viene desarrollando Diego Gvirtz en 6-7-8 desde hace días.
Cuando Milagros fue citada en Clarín para que le dieran tres párrafos de atención, lo que está diciendo es que va al pié de Magnetto y Techint. No hay ingenuidad ahí. El 23 de agosto del año pasado, la líder de la Tupac Amaru fue a gritar Jallalla a la redacción de Clarín para que salga titulada: "Milagro Sala se juega por Micheli".
Tomemos nota que fue nada más ni nada menos que a Clarín para pronunciar su apoyo a la facción antikirchnerista de la CTA.
Luego fue a enjuagar su culpa con lágrimas tras la muerte de Néstor. No digo que no lo sintiera, pero cualquiera que la viera en la Plaza esa noche vio la sobreactuación.
Así y todo, ella se definió como ultra kirchnerista. El enemigo la define como la piquetera violenta (que nuna hizo un piquete, ni mucho menos ejerció violencia alguna) kirchnerista.
Entonces compañera, si está confundida, hay que empezar a "desconfundirse" (sic). Porque para los postergados del fondo del océano, no hay justificación alguna que el dirigente que los reivindica se de un paseo en Punta del Este y encima salir luego a dar explicaciones de que apenas se comió un pancho...de 17 dólares.
Puede viajar a Zurich para hacer política en algún organismo a explicar qué hace con las viviendas para conseguir más fondos, y nadie le hubiese imputado nada.
Y para colmo, otros dirigentes territoriales que han peleado siempre por la defensa del modelo, aún esperan que las condiciones y correlaciones abran la tranquera para un avance consecuente.

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